Reuniones de emergencia, medidas de racionamiento y el estudio de subsidios que permitan hacer frente al alza del gas natural, son algunas de las cosas que se están haciendo en distintos países de Europa para afrontar la crisis energética por la que atraviesan varios países del viejo continente.
Aunque la situación ya lleva varios días desarrollándose, el fin de semana la crisis se hizo más evidente -por ejemplo con reuniones de emergencia con el gobierno de Boris Johnson en Inglaterra- y amenaza tener un efecto en otros países, incluido Chile.
El alza en los costos de los combustibles fósiles, que han alcanzado récords, también se ve en terreno local, situación que se ha visto empeorada por la estrechez hídrica del país que mantiene al sistema eléctrico bajo presión.
Esto se ha visto fundamentalmente en el alza relevante que han tenido los costos marginales, que es el valor al que se intercambia la electricidad entre las generadoras del sistema. Datos de Plataforma Energía muestran que el promedio en el primer semestre ha sido de 81 US$/MWh en la barra de Quillota, un alza relevante frente al mismo período del año pasado.
Esto, porque el componente térmico de la matriz eléctrica ha cobrado mayor relevancia en estos meses, por lo que el alza de los precios internacionales de carbón, gas y petróleo se ha dejado sentir.
Francisco Aguirre, director y socio de Electroconsultores, explica que esto trae, primero, un efecto directo en los precios de intercambio de electricidad entre las empresas generadoras, pero que además podrían existir algunos contratos entre privados que estén indexados a las variaciones de los combustibles.
Andrés Salgado, socio fundador ENC Energy Consultants, sostiene que "estas alzas en los precios de la energía se ven reflejadas principalmente en el mercado spot". Mientras, en el caso de clientes, los precios están establecidos en contratos de largo plazo, algunos de los cuales se indexan con las variaciones de los precios de los combustibles, por lo que debieran ver afectados sus valores.
En sí, los expertos aclaran que en el caso de los clientes regulados, principalmente residenciales, sería poco o nulo el efecto, ya que además de contratos de largo plazo -donde solo algunos están indexados a este componente- en estos momentos los precios se encuentran estabilizados por ley.
El gerente comercial de Plataforma Energía, Pablo Demarco, asegura que “al final, todas las empresas que suministran energía al sistema, tanto para satisfacer clientes finales, como las que inyectan, están afectas al costo marginal”, por lo que el efecto de estas alzas es relevante.
“La suerte que tenemos es que empiezan los deshielos y estos debiesen alivianar un poco la situación pero, en la medida que el próximo período de lluvia sea seco, esto se volverá a complejizar”, recalca el académico de la Universidad de Santiago, Humberto Verdejo.
Así, dado que los precios de los combustibles fósiles dependen de los vaivenes externos, tendrán efectos en costos de producción de industrias como el transporte, la minería y la electricidad, dice el consultor independiente y profesor del Magíster Economía Energética de la U. Federico Santa María, Elio Cuneo, quien detalla que, si se mira una ventana de 12 meses hacia atrás “existe una clara tendencia alcista del precio del insumo (petróleo) y que sumado a que se transa en dólares, se produce un doble impacto en los costos de la industria nacional si no se toman los resguardos respectivos a través de coberturas financieras”.
“A mayor falta de agua, más alta será la correlación entre los costos marginales y los precios de los combustibles dependientes del mercado internacional de petróleo”, dice Cuneo y agrega que a septiembre hay un costo marginal semejante al de enero, sin embargo, el precio del petróleo del presente este mes es 35% más alto respecto al valor presentado al inicio de año.
El caso de las renovables
El director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), Carlos Finat, dice que el impacto del alza en los costos marginales dependerá del balance de producción y comercialización que tenga una empresa generadora. “Si la empresa es deficitaria en su generación, es decir, retira más electricidad de la que obtiene, obviamente su diferencial de costo del sistema va a aumentar. La que es excedentaria va a mejorar sus ingresos”, dice.
Según Aguirre, en el caso de una empresa renovable que no ha firmado contratos comerciales para vender su electricidad y está transando todo a costo marginal, están “abriendo botellas de champaña”. Esto, porque en la medida que suben los precios de los combustibles, “no les cambian en nada sus costos, pero sí le cambian los precios a los cuales se le compra el suministro eléctrico de la energía que ellos inyectan”.
Sin embargo, en el otro extremo, “si se trata de una empresa que no genera y que tiene solamente comercialización, a ellas les impacta de lleno porque les suben los costos de suministro que le entregan a los clientes finales a un precio fijo, pero con costos que dependen de los marginales que suben”.
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